divendres, 24 de febrer del 2017

Venecia, la ciudad de los selfies

“Hay que visitar Venecia por lo menos una vez en la vida”, nos decían. Precisamente porque nuestra ruta EuroVelo 8 pasaba justo al lado, no podíamos dejar pasar esta oportunidad. Fue en la víspera de nuestra llegada cuando nos enteramos que las bicicletas están prohibidas en Venecia. Es verdad que, en esta isla llena de calles estrechas, escaleras y turistas hubiera sido más bien un estorbo. A lo mejor una barquita sí hubiera sido útil, pero como tampoco la teníamos decidimos dejar las bicicletas en la isla de Lido y coger un Vaporetto para llegar a Venecia.

Canal Grance, Venecia

Venecia es conocida por sus fachadas pintorescas, sus magníficos edificios históricos y los paseos románticos en góndola. Aunque no hay que olvidar que la ciudad tiene que vivir con la incertidumbre de la subida del nivel del mar y asumir que, tarde o temprano, desaparecerá. En la actualidad también tiene que convivir con la enorme afluencia de turistas y el comercio de mercancías made in China.

Venecia amenazada de hundirse

Venecia es sin lugar a duda una ciudad especial. Su arquitectura la hace, ante todo, una obra maestra. La laguna fue ocupada por primera vez en el siglo V, cuando el pueblo de Veneti huyó de la invasión de hunos, vándalos, godos y longobardos. Una laguna no es el sitio más propicio para establecer un asentamiento, pero la utilización de postes de madera, arcilla y cieno como materiales de construcción lo hicieron posible, por lo menos durante algunos siglos. Y es que cada año la ciudad se hunde unos milímetros, no sólo a causa del incremento del nivel del mar sino también por el peso de sus enormes construcciones, quienes se hunden poco a poco en el suelo arenoso.

Turismo de masas y caza de selfies

Cada año entre 15 y 30 millones de personas visitan Venecia. La ciudad está completamente abarrotada de turistas. Apenas se ven nativos y el número de habitantes disminuye desde hace unos años. Es comprensible, ¿quién quiere vivir en la capital del turismo de masas? Pudimos comprobar cómo la gente, armada con los palos selfie, forcejea en los puentes de la ciudad para sacarse la mejor foto. Estos palos se encargan de que la gente visite la ciudad constantemente a través de una pantalla. Parece que es más importante poder compartir las fotos con otras personas en Facebook que la visita de la ciudad. Hemos visto a grupos de personas viajando juntas y cada uno sacándose fotos a sí mismo. ¿no se les ocurre que se poden sacar fotos mutuamente? Y quien todavía no tenga uno de estos bastones, puede comprarlo en cualquier esquina de Venecia.


Turistas cerca de la plaza San Marco

Los negocios de souvenirs chinos

Por toda la ciudad se encuentran tiendas y pequeños estantes donde se venden máscaras venecianas, objetos de cristal Murano o bolsos de cuero. Pero la mayoría de estos típicos productos venecianos no se producen en Venecia, sino que provienen en gran parte de China, incluso cuando llevan la inscripción made in Italy. La etiqueta “Made in Italy” está poco protegida y la mercancía no se controla suficientemente. Al final basta con que el ensamblaje se realice en Italia para obtener el “Made in Italy”, aunque los componentes sean producidos en China. Para el comerciante italiano es cada vez más difícil ganarse la vida y los turistas no pueden reconocer cuando sus recuerdos no provienen de Italia. 

Nosotros nos ahorramos la compra de recuerdos para no incrementar el peso de nuestras alforjas y, después de nuestra estancia, nos alejamos alegremente de estas aglomeraciones. Es una lástima que semejante obra maestra haya caído en el turismo de masas y de consumo.

1 comentari:

  1. Doncs El Lído també és un indret ben guapo. On Maler va conèixer un jove que el va inspirar, segons sembla. Buen viaje!

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