dimarts, 24 de gener del 2017

La pequeña granja ecológica de Marco

Marco, nacido en Italia, no ha pasado muchos años en su país, ya que sus padres se mudaron a Suráfrica por razones laborales cuando tenía solo seis años. Ha viajado durante gran parte de su vida y solo regresó a Italia más tarde para escolarizar y ofrecer una buena educación a su hijo. En febrero de 2016, Marco adquirió una granja en Dorzano con el objetivo de producir productos biológicos de autoconsumo. Hemos tenido la ocasión de pasar una semana con él durante la cual pudimos ayudarlo en la poda de los kiwis y en la producción de madera, además de haber aprendido muchísimo.

Nuestro anfitrión Marco
Su propiedad tiene una superficie de 2 hectáreas y contiene la casa y un granero. Un tercio del terreno es bosque y Marco se encarga de su mantenimiento cortando los árboles que no tienen suficiente suelo para nutrirse y dejando a otros con mejores condiciones para crecer. La madera que obtiene, la utiliza para calentar la casa y el agua. Por consiguiente, un buen stock de madera es imprescindible si deseamos tomar una ducha caliente.

El resto de la superficie la emplea para el cultivo de frutas y verduras. Y para las gallinas, unas 50 que se pasan el día dando vueltas por el exterior. Por la noche debe encerrarlas en el granero puesto que la presencia de zorros en la zona representa una gran amenaza para su integridad. 

Durante el periodo invernal en el que estuvimos en casa de Marco, tuvimos la oportunidad de recoger distintos tipos de coles, cebolletas y ajos tiernos del jardín. También quedaban montones de kiwis de la cosecha de este año. Marco presta atención a cosechar verduras que den sus frutos durante distintos periodos del año, o bien aquellas que pueden ser almacenadas durante mucho tiempo afín de tener que comprar el mínimo en el supermercado. Marco es muy crítico con la economía mundial y se ve a él mismo como una alternativo a quien le gustaría poder autoabastecerse al 100%. “Por desgracia esto no es posible” dice él un poco cabizbajo. “Siempre hay algo que uno mismo no puede producir y tiene que procurarse. Harían falta muchas personas trabajando en un terreno grande para poder lograr esta independencia”.

La granja ecológica de Marco
En los próximos años, a Marco le gustaría construir un invernadero y renovar la primera planta de la casa. Ahí se alojarán los futuros voluntarios visitantes hasta que, más tarde, el hijo de Marco se pueda hacer cargo de la granja, si así lo desea. Marco quiere ofrecerle la posibilidad de trabajar para sí mismo en lugar de hacerlo para una gran empresa. “Esclavo de la economía” llama él a ese tipo de contratos laborales, y espera que cada vez, más jóvenes se decidan a llevar una vida alternativa en harmonía consigo mismos y con la naturaleza.

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